miércoles, 30 de diciembre de 2009

2009

Termina un año.

Los cambios de período, todo lo que tenga pinta de frontera y pueda oler a reflexión, siempre me han atraído de forma dulzona, como trampa de mosca. En cualquier caso, revisemos.

En el blog hay colgadas 16 críticas de libros (algunos más se acabaron, y su dificultad o su falta de relevancia les negaron el hueco). No son demasiados para lo que debería permitir un año entero, pero es verdad que hace tiempo decidí reseñar únicamente lo terminado, y cada vez soy más severa con los principios, con lo cual, hojeo mucho más de lo que leo.

Hay también 11 entradas referentes a películas. Desde luego, he visto muchas más. Aquí he apuntado sólo aquellas de actualidad o de impacto especialmente destacado. Hábito de ocio fácil para el exiliado.

He visitado dos países en los que nunca había estado. No he perdido ningún amigo (que yo sepa), aunque no sé cuánto habrá influido la distancia en aquellos que me importan. Que yo sepa, tampoco he ganado ninguno nuevo.

He aprendido a trabajar mejor y más contenta, a intentar crear un ambiente positivo para los que me rodean y a disfrutar el gran privilegio que es manejar una librería más o menos a mi antojo. He conseguido estar rodeada de gente fantástica, entusiasta, que comparte mi pasión y que con generosidad y entrega hacen de mi trabajo algo no sólo fácil, sino lúdico.

He pasado muchas tardes y muchas noches sola, cuando colgaba el teléfono y ya no había a quién llamar ni a quién ver, pensando qué demonios pintaba yo en esta ciudad donde nadie me conoce y a nadie le importo.

He pasado muchas horas en un tren yendo y viniendo, sin saber cuál era mi sitio, cuando iba y cuando llegaba, cuál era el origen y cuál el destino.

Estoy menos cansada y, en general, de mejor humor. Me gusta mucho mi trabajo, pero mi vida se reduce a su faceta laboral. Me gusta vivir en una ciudad tranquila, caminar hasta mi trabajo y disfrutar de cada estación. Odio vivir en una ciudad donde no hay posibilidad de encontrarse con nadie, donde nadie puede recogerme para ir a cenar y donde mis amigos no duermen nunca más de una noche.

Resumen: pocas sorpresas. Ha sido un buen año, diría. Pero quiero seguir creyendo que es una etapa, que sé dónde está mi sitio y que mi gente sabe que volveré pronto. Porque estar lejos de ellos me deja sin energía. Porque, aunque haya pasado un año, la nostalgia no mengua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonita reflexión. Me ha gustado mucho tu resumen.
¡Feliz 2010!
Esteban R.

Datos personales

Hace ya tiempo que miria quiso creer. Percibo cambios en el horizonte y hay que afrontarlos. Seguiré hablando sola, pero en voz un poco más alta, por si alguien quiere replicar.

Etiquetas