miércoles, 21 de abril de 2010

Los hilos del corazón

Carole Martínez, Tusquets, 2010.

Esta es la historia de la familia Carrasco, de sus mujeres y su peregrinar.

En Santa Vela, un pueblo al sur de España, Frasquita Carrasco es iniciada en la Semana Santa posterior a su primera sangre. En noche de luna llena, en el cementerio, aprenderá las palabras de sus muertos y recibirá su don. Serán aguja e hilos de todos los colores con los que tejerá el futuro de su familia. Se casará con el herrero, arreglará el cadáver de su suegra, y gracias a las parteras, a las que ayudan, vendrán sus hijos.

Anita, la niña que todo lo escucha. La que sabrá leer, la que recibirá la voz.

Ángela, la niña pájaro, que nacerá rodeada de plumas y recibirá el don del canto.

Martirio, la niña muerte, que deberá morir por su familia y cuyo beso dará fin a aquel que lo reciba.

Clara, la niña sol, que se alimentará de luz y será tan bella que levantará pasiones y envidias.

Pedro, el niño rojo, fascinado por los colores como una vez lo estuvo su madre, vivirá para regalar el cuadro perfecto.

Soledad, la niña de arena, nacida demasiado tarde, la no querida, la que recibirá el cuaderno.

Los Carrasco sufrirán envidias y rechazos, el padre se jugará tres veces a su familia por un gallo rojo y las tres perderá. El hombre del olivar, al que Frasquita cosió la sombra, vendrá pero no volverá. Y así la mujer vestida de novia con flores marchitas agarra a sus hijos y se echa a los caminos. Un molinero, un ogro, anarquistas. Frasquita coserá la carne como cosía sus telas.


Andan, y andan, y andan, hasta que no saben parar, y la barriga de Frasquita la hará detenerse en un desierto de tierra roja. Allí se quedan, allí cose, allí las niñas se convertirán en mujeres y encontrarán a sus hombres, buenos y malos. Querrán y serán queridas y como siempre también odiadas. Se casarán con los vestidos que les hizo su madre antes de morir. Y desde allí Soledad nos cuenta sus orígenes, un peso muy grande que no puede llevar sola.

No hay comentarios:

Datos personales

Hace ya tiempo que miria quiso creer. Percibo cambios en el horizonte y hay que afrontarlos. Seguiré hablando sola, pero en voz un poco más alta, por si alguien quiere replicar.

Etiquetas